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Arcos

La dictadura se acabó

Actualizado a

Uno puede estar de acuerdo o no con el paro de futbolistas. Yo estoy de acuerdo. Pero ese no es el motivo de esta columna. Son las palabras del ex ministro y actual presidente de Cruzados, Luis Larraín. La mañana de este lunes, en el Primer Café de Radio Cooperativa, aseguró que los futbolistas chilenos ganaban mucho dinero, como un trabajador de larga data de Codelco y que no tenían por qué quejarse. Quizás en su equipo es así. Enhorabuena. Pero si algo tienen los movimientos, ya sean sociales, sindicales o estudiantiles, es que uno no protesta solo por la parcela propia. Un movimiento nace a partir de la solidaridad hacia el que tiene menos, al más desposeído, al que vive una realidad peor que la mía. La base de un movimiento es mejorar las condiciones de quienes lo pasan peor y, sobre todo, dejar de mirarse el ombligo y pensar en las generaciones futuras.

Cuando hablan David Pizarro, Johnny Herrera, Nicolás Peric, Luis Pedro Figueroa, no lo hacen por su situación particular. Lo hacen por sus compañeros que ganan menos, por los que juegan en provincia, por los de Primera B, por los jóvenes recién ascendidos al primer equipo.

Pero eso Luis Larraín no lo sabe.

Tampoco sabe que el futbolista es un trabajador, con deberes y derechos. Disparó contra David Pizarro, cuando el Fantasista dijo que mientras la selección ganaba la Copa América, la casa estaba hecha mierda. “Los jugadores no están para hablar. Deben hablar en la cancha”. ¿Eso piensa Luis Larraín de los jugadores? ¿Eso cree de sus futbolistas, de su cuerpo técnico? ¿Eso piensa de Mario Salas, quien aparte de ser un entrenador serio es uno de los tipos más pensantes y solidarios del medio? Un jugador no tiene la capacidad para pensar, opinar, discutir, debatir, sobre una actividad donde ellos son los protagonistas? ¿Sabe Luis Larraín que para jugar fútbol se necesita una pelota y tipos buenos para jugar? ¿Se habrá dado cuenta que el fútbol chileno tocó fondo no por sus jugadores, sino por una clase dirigente que llevó el nombre de Chile a lo más bajo?

Eso Luis Larraín no lo sabe.

La tarde del lunes, David Pizarro junto al resto de sus compañeros volvieron a votar por un paro de jugadores porque sus demandas ni siquiera han sido analizadas. El porteño protestó con fuerza defendiendo a compañeros de profesión de Rangers, San Felipe, donde los dirigentes amenazaron con no pagar los sueldos. Pizarrro dijo, fuerte y claro, que esas medidas no correspondían porque “la dictadura se acabó hace rato”.

Parece que eso Luis Larraín tampoco lo sabe.

Lamentablemente para él es cierto. La dictadura se acabó hace rato.